Segundo thriller que leo de este escritor norteamericano después de "Desaparecido", protagonizado también por el psicólogo forense Alex Delaware, cuya saga empezó ¡en 1985!. Pero por desgracia, en España apenas se han traducido sus novelas :-(
Kellerman tiene un estilo muy característico y se nota mucho su formación como psicólogo. En esta ocasión, estamos ante un caso muy interesante con una transfondo espeluznante.
La narración se basa principalmente en diálogos, por lo que la lectura es muy ágil. No tiene un ritmo frenético, como el resto de thrillers que estoy habituada a leer, y apenas hay acción, pero engancha igualmente.
Eso sí, lo que menos me ha gustado son los errores en la traducción. ¡Muy mal!
"Un domingo lento y frío de diciembre, poco después de que Los Ángeles Lakers remontaran los dieciséis puntos de desventaja del primer tiempo y ganaran a los New Jersey Nets, recibí la llamada de un asesino.
No veía un partido de baloncesto desde la universidad, pero lo había retomado porque estaba trabajando en el desarrollo de mis habilidades para el ocio. La mujer de mi vida estaba visitando a su abuela en Connecticut, la mujer que solía estar en mi vida estaba viviendo en Seattle con su nuevo novio (de forma temporal, según ella, como si tuviera derecho a preocuparme), y todos mis casos estaban zanjados.
Tres juicios en dos meses: dos por la custodia de los hijos, uno bastante sencillo y el otro, una auténtica pesadilla; y una consulta para evaluar los daños de una niña de quince añoss que había perdido un brazo en un accidente de coche. Ahora todos los casos estaban archivados y estaba listo para tomarme una o dos semanas de descanso.
Me había soplado dos cervezas durante el partido y estaba amodorrado en el sofá del salón. El sonido distintivo del teléfono del trabajo me despertó. Normalmente, dejo que salte el contestador. Por qué lo cogí, es algo que todavía hoy me pregunto.
-¿Doctor Delaware?
No reconocí su voz. Habían pasado ocho años.
-Sí, ¿quién es?
-Rand.
Ahora recuerdo. Seguía arrastrando las palabras, pero ahora lo hacía con voz de barítono. Se había convertido en un hombre. En algún tipo de hombre.
-¿Desde dónde llamas, Rand?
-Estoy fuera.
-¿Has salido del correccional?
-Mmm... sí, he terminado.
Como si de un plan de estudios se tratara. A lo mejor lo había sido"
martes, 11 de octubre de 2016
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