Nos encontramos ante una historia de venganza bien hilada, interesante y que atrapa poco a poco pero sin llegar a ser adictiva.
Me ha gustado lo agobiante que resulta, con una atmósfera claustrofóbica bien conseguida, y el sorprendente final.
Y lo bueno es que ya hay segunda entrega de esta saga protagonizada por la psicóloga Siri Bergman, que seguramente leeré en el futuro.
"Una vez en casa sigo mi rutina de siempre. Enciendo las lámparas y hago un rápida visita a la caseta de baño. Luego entro en la cocina y me sirvo una copa de vino, me preparo un buen plato de sopa de lata y me siento a la mesa de la cocina para repasar el correo del día. Una factura de electricidad, una invitación para un taller, un extracto de cuenta del banco.
Ha quedado un sobre gris de buena calidad sobre la mesa. Palpo inquisitivamente el papel grueso y texturado y peso el sobre en la mano.
El nombre y la dirección están escritos con un bolígrafo negro. La caligrafía es pulcra y regular. Lo he guardado para el final porque es el que parece más interesante. A lo mejor es una invitación, o una carta, una carta de verdad. Abro el sobre con lentitud. De su interior cae una fotografía. Durante unos segundos la examino sin comprender. Pero entonces veo lo que es y una oleada de malestar recorre mi cuerpo.
Es una fotografía de mí.
Llevo mi vestido camisón y unas sandalias de tacón y da la impresión de que tengo prisa por cruzar la plaza Medborgar. La foto debe ser reciente.
En el dorso de la foto alguien ha escrito «Te vigilo»"
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