"Sorry" me llamó la atención desde el primer momento por su intrigante argumento: "Cuando cuatro jóvenes amigos de Berlín fundan una agencia que se dedica a
«pedir perdón» previo encargo de empresas, ninguno de ellos puede
prever las consecuencias de esta decisión. El negocio florece hasta que
un cliente anónimo les obliga a pedir perdón a una mujer muerta y a
deshacerse de su cuerpo".
Ganadora del premio Friedrich Glauser a la mejor novela negra de Alemania, Suiza y Austria en 2010, es la primera novela de este autor croata traducida al castellano.
Es sumamente original ya que usa primera, segunda y tercera persona para narrar las diversas perspectivas de los personajes.
Aunque esto descoloca bastante al lector y hace que la trama sea un poco difícil de seguir, al final todas las piezas de este puzzle tan bien construido se juntan a la perfección para tratar un tema muy actual y bastante duro que no pienso desvelar, pero que no es apto para todos los públicos por ciertas escenas que se describen en la novela.
"La búsqueda en Google arroja mil doscientos ochenta y ocho enlaces. El nombre de la agencia es Sorry. Su página web consiste en una sola página. Un texto breve, con dirección de correo electrónico y un número de teléfono. Repasas al vuelo los comentarios sobre la agencia, pero no haces clic sobre ellos, pues te puedes ahorrar perfectamente la opinión de terceros.
"Una agencia que se disculpa..."
Todos los meses, cada día, a toda hora y a cada minuto. Cada segundo es un peso más en tu garganta. Resistirse cuesta. ¿Cuántas veces no has querido ponerte de rodillas? Ese tener que defenderse, que enfrentarse a ello; es lógico que estés cansado. Cualquier otro lo estaría también, muchos habrían claudicado ya, pero tú eres terco y vas por el mejor camino para liberarte de tu culpa. Has encontrado un camino. Sabes sólo desde hace poco lo que hay que hacer, y entonces, precisamente ese día, oyes hablar en el restaurante de una agencia que se disculpa a cambio de una remuneración. ¿Es acaso ironía? ¿Cómo lo llamamos: casualidad o providencia? ¿Pretendes entrar en una discusión acerca de los elementos que conforman el destino?
"No".
Te tiemban las manos cuando marcas el número. Han tenido que pasar cuatro días para que puedas aceptar la existencia de la agencia. Cuatro días con malestar de estómago. Cuatro días en que has pretendido derribar las paredes a puñetazos. Estás tan nervioso, que cuelgas cuando suena el primer timbre. Ríes. Eres consciente de que estás reaccionando de un modo exagerado. Ya no tienes dieciséis años ni estás llamando al amor de tu vida. Entonces te tranquilizas y pulsas la tecla de rellamada.
-Hola, le atiende Tamara Berger, de la agencia Sorry. ¿En qué puedo ayudarle?"
lunes, 3 de junio de 2013
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