Sebastian Fitzek está considerado por muchos el maestro alemán del thriller psicológico y tras leer "El experimento", me apetecía probar algo más de este autor y más cuando me encontré este libro por 5,95 euros en El Corte Inglés.
La que fue su primera novela publicada es imposible de soltar ya que engancha desde el principio.
Es muy ágil, con muchos diálogos y a ratos resulta desconcertante y laberíntica.
Ha conseguido quitarme horas de sueño (la leí en sólo 2 noches) y en conjunto me ha gustado mucho, aunque no soy nada partidaria de los finales que se desarrollan tan rápido que hay que pararse para asimilarlos.
"Aunque la situación actual de ambos hombres era muy diferente, algunas etapas de su vida habían sido bastante similares. Ambos se habían criado siendo hijos únicos muy bien cuidados en uno de los barrios más aristocráticos de Berlín. Larenz era el hijo de un abogado de renombre especializado en derecho mercantil de Wannsee; el doctor Roth era el protegido retoño de dos cirujanos de Westend. Ambos habían estudiado medicina en la Universidad Libre de Berlín, en Dahlem, y se habían especializado en psiquiatría. Ambos habían heredado la mansión familiar de sus padres y una fortuna bastante considerable que les hubiera permitido vivir sin trabajar. Sin embargo, debido a la casualidad o al destino, ambos se encontraban en el mismo lugar.
-Bien -prosiguió Viktor-. En ese caso, usted considera que existe un paralelismo entre nosotros. ¿Qué habría hecho usted en mi situación?
-¿Se refiere a si yo hubiera descubierto quién le hizo eso a mi propia hija?
El doctor Roth había apuntado su comentario diario en la tablilla y miró a Viktor directamente por primera vez.
-Sí.
-Para ser sincero, no sé si hubiera podido superar lo que usted tuvo que soportar.
Viktor soltó una carcajada nerviosa.
-No lo soporté. He muerto. De la manera más cruel que usted pueda imaginar.
-A lo mejor ahora está dispuesto a contarme todo lo ocurrido. -El doctor Roth tomó asiento al borde de la cama, junto a Larenz.
-¿Lo ocurrido?- Viktor formuló la pregunta, aunque conocía la respuesta, desde luego. En días anteriores el médico le había hecho la misma sugerencia.
-Todo. Toda la historia. Cómo descubrió lo que le ocurrió a su hija. Qué clase de enfermedad sufría. A contarme de que pasó, y desde el principio.
-Ya se lo he contado casi todo.
-Sí, Pero me interesan los detalles. Quiero que vuelva a contármelo todo con exactitud. Sobre todo el final.
"El desastre final", pensó Viktor. Inspiró profundamente y volvió a fijar la mirada en el techo lleno de manchas"
lunes, 4 de noviembre de 2013
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