Después del entusiasmo con el que terminé "Contra el viento del norte", corrí a comprarme cuanto antes la segunda parte de esta historia que me encantó y enganchó desde el primer momento.
El autor no tenía pensado escribir esta continuación hasta que los propios lectores se lo pidieron. El sorprendente final de la primera parte pedía a gritos una continuación y una final merecido para la pareja protagonista.
Así que tenía bastante claro que "Cada siete olas" iba a tener un final feliz y aunque creo que no está al nivel de la anterior novela, la he disfrutado muchísimo.
Sigue el género epistolar y en esta ocasión no se centra tanto en el juego de seducción de Emmi y Leo, si no en sus sentimientos. El estilo fresco y ágil de Glattauer engancha de tal manera que no quieres que el libro termine nunca.

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