Reseña primera parte: "Si decido quedarme"
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¡ATENCIÓN SPOILERS!
"Lo que fue de ella" ocurre 3 años después de "Si decido quedarme" y presenta su misma estructura narrativa, ya que alterna pasado con presente, y está narrado en primera persona, pero esta vez por Adam, el que era novio de Mia, que ahora está triunfando con su grupo musical, los Shooting Stars.
Es una buena continuación, con un final de bilogía a la altura de la primera parte, en la que sobre todo se observa una gran evolución de los 2 protagonistas.
He terminado completamente enamorada de esta novela, incluso me atrevería a decir que me ha gustado más que su predecesora...
Una cosa que me ha resultado muy curiosa y original es que al final del libro hay un anexo con las letras de las canciones de la banda de rock de Adam y una playlist con los temas musicales que aparecen en la novela.
"Cada mañana, al despertar, me digo que sólo es una jornada más, otras 24 horas que debo superar. No sé exactamente cuándo empecé a infundirme ánimo de esta forma todos los días, ni por qué. Suena a mantra de 12 pasos, y eso que no estoy en Alcohólicos Anónimos ni nada parecido, aunque al leer algunas chorradas que se escriben sobre mí da la sensación de que debería estarlo. Sí, mucha gente daría cualquier cosa por experimentar una pequeña parte de la clase de vida que llevo, pero aun así siento la necesidad de recordarme cuán efímero es un día, de decirme que, si fui capaz de superar el de ayer, también podré con el de hoy"
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"Cuando nos conocimos en el instituto, fui yo quien se acercó a ella y le dirigió la palabra. Le pregunté qué pieza acababa de tocar, y con aquella cuestión tan simple empezó todo.
En esta ocasión, es Mia quien pregunta:
-¿De verdad eres tú?
Y su voz es exactamente la misma. No sé por qué esperaba que hubiese cambiado, quizá porque ahora todo es distinto.
Su voz me devuelve bruscamente a la realidad. A la realidad de estos últimos 3 años. Hay demasiadas cosas que decir. "¿Dónde has estado? ¿Piensas en mí alguna vez? Me has destrozado. ¿Estás bien?" Pero, por supuesto, no puedo formularlas"
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"La idea de marcharme de Oregón, de dejar atrás al resto del grupo y todo lo que eso implicaba, para empezar de nuevo en una casa llena de ventanas y luz, para empezar un futuro con Bryn, me pareció la adecuada en aquel momento.
De modo que así me convertí en la mitad de una pareja de famosos. Ahora me toman fotografías con Bryn cuando hacemos cosas tan banales como pedir un café en Starbucks o pasear por Runyon Canyon.
Debería ser feliz. Debería sentirme agradecido. Pero el problema es que no consigo librarme de la sensación de que mi fama nada tiene que ver conmigo, sino con ellas. Compuse Daños colatarales con las manos manchadas por la sangre de Mia, y ése fue el álbum que me lanzó al estrellato. Y cuando me convertí en una auténtica estrella fue por estar con Bryn, de manera que en realidad todo eso del éxito y la fama guarda menos relación con la música que con la chica con quien estaba saliendo"
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"La mención de Teddy me encoge el corazón. En la aritmética de los sentimientos, nunca sabes hasta qué punto la ausencia de una persona va a afectarte más que la de otras. Yo quería a los padres de Mia, pero de algún modo fui capaz de aceptar sus muertes. Se fueron demasiado pronto, pero en el orden que tocaba, los padres antes que los hijos; aunque desde la perspectiva de los abuelos de Mia no fue así. En cambio, sigo sin asimilar que Teddy va a tener 8 años para siempre. Con cada año que cumplo, pienso en cómo sería Teddy en ese momento. Ahora tendría ya casi 12 años, y lo veo en el rostro granujiento de cada adolescente que acude a nuestros conciertos o me pide un autógrafo.
Nunca le conté a Mia lo mucho que me había afectado perder a Teddy, de modo que no voy a hacerlo ahora, ni en broma. He renunciado a mi sitio en la mesa de la familia Hall, o alguien me ha relevado"
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"Se volvió para mirarme. Dentro de la tienda la oscuridad era casi absoluta, pero vi brillar sus ojos oscuros.
-Yo también me alegro. Quedémonos así un rato más.
-Toda la noche si quieres. Le contaremos nuestros secretos a la oscuridad.
-Vale.
-Bueno, confiésame otro de tus miedos irracionales.
Mia me agarró de los brazos y se arrebujó contra mi pecho, como si quisiera fundir su cuerpo con el mío.
-Tengo miedo de perderte -musitó.
La aparté un poco para verle la cara y le di un beso en la frente.
-He dicho miedos "irracionales". Porque eso no va a pasar.
-Aún así, me da miedo -susurró.
Y procedió a enumerar otras cosas que la asustaban, y yo hice lo mismo. Seguimos así, susurrándonos al oído, contándonos historias de nuestras respectivas infancias, hasta altas horas de la madrugada, cuando Mia olvidó por fin sus temores y se quedó dormida"
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