Este es otro de esos libros que he conocido gracias a las buenas críticas que he leído sobre él en la blogoesfera.
Es una novela que mezcla fantasía y realidad sobre un niño, su madre enferma y un monstruo que viene a verle.
La verdad es que esperaba mucho más, pero me ha gustado descubrir esta emocionante, dura y conmovedora historia que me ha recordado en ciertas partes al "Cuento de Navidad" de Charles Dickens.
Lo que más me llamó la atención fue su espectacular edición con unas ilustraciones muy oscuras y tenebrosas de Jim Kay.
"-Hijo -dijo su padre inclinándose hacia delante-. Las historias no tienen siempre un final feliz.
Eso lo desconcertó. Porque era verdad, no siempre acababan bien. El monstruo se lo había enseñado. Las historias eran criaturas salvajes, muy salvajes, y salían disparadas en la dirección que menos esperabas"
"-Es normal que estés enfadado cariño -dijo ella-. De verdad, es normal. -Y soltó una risita-. Yo también estoy bastante enfadada si te digo la verdad. Pero quiero que sepas esto, Conor, es importante que me escuches. ¿Me estás escuchando?
Quiso cogerle otra vez de la mano. Tras un segundo, él la dejó, pero la apretó con tan poco fuerza... ¡con tan poca fuerza...!
-Enfádate todo lo que tengas que enfadarte -dijo ella-. Que nadie te lo impida. Ni tu abuela, ni tu padre, nadie. Y si tienes que romper cosas, por Dios, hazlas añicos.
No podía mirarla. De veras que no podía.
-Y si un día -dijo ella, llorando ahora sin poder contenerse-, echas la vista atrás y te sientes mal por haberte enfadado tanto, por haberte enfadado tanto conmigo que no podías ni hablarme, entonces tienes que saber, Conor, tienes que saber que no pasó nada porque te enfadaras. No pasó nada. Y que yo lo sabía. Ya lo sé, ¿vale? Sé todo lo que tienes que decirme sin necesidad de que lo digas en alto. ¿Vale?"
"-Tu vida no la escribes con palabras -dijo el monstruo-. La escribes con acciones. Lo que piensas no es importante. Lo único importante es lo que haces"
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