Está claro que nos encontramos ante uno de los elencos teatrales de la juventud de uno de los dramaturgos rusos más importantes de la historia, el resultado no podía ser otro que un espectáculo redondo.
Carles Alfaro dirige y adapta (junto a Enric Benavent) estos cinco relatos y cuentos breves de Antón Chéjov, que me han descubierto al ruso más desconocido y divertido. Una dirección perfecta que funciona como el mecanismo de un reloj y que le ha valido recientemente el Premio Ceres 2015 a Mejor Director.
Es una obra con un planteamiento y desarrollo geniales, una gran adaptación y un ritmo creciente que hace que sus dos horas de duración se pasen volando. Resulta muy muy divertida y a mí llegó incluso a emocionarme al final. Sin olvidarme de la acertada escenografía y vestuario.
Como ya dije antes, su reparto de lujo experto en comedia es uno de sus grandes aciertos. Adriana Ozores, Fernando Tejero, Malena Alterio, Ernesto Alterio y Enric Benavente brillan con luz propia y todos por igual.
Humor de calidad y una de las mejores apuestas de esta temporada teatral que nos acaba de dejar.
"Antes de ser el que mejor conocemos, Antón Chéjov había sido otro en su juventud: Antosha Chejonte. Lo había sido hasta el 1884, año crucial en su vida en el que acabó su carrera de medicina, decidió dedicarse al oficio de escribir, abandonar el seudónimo y firmar con su nombre de pila. Ese mismo año descubrió que estaba tuberculoso y que el tiempo le acuciaba. En los veinte años que la enfermedad le permitió vivir, escribió rápido y certero centenares de cuentos, cinco grandes obras de teatro y unas cuantas piezas dramáticas menores, o simplemente, más cortas. Producción tan fecunda, y tan intensa, aplastó con su sobrepeso la obra anterior, hasta casi el punto de anularla. Aquella abundante obra juvenil, ágil y tragicómica, escrita con el objetivo de ganarse la vida y de contribuir al bienestar familiar, fue publicada en revistas y periódicos y buena parte de ella drásticamente eliminada de sus Obras Completas o considerada en el mejor de los casos, por él mismo y por su protector León Tolstoi, como obra “de segunda”.
Sin embargo algunos de esos vigorosos y delirantes cuentos, esbozos, sátiras y diálogos humorísticos, habían dado por mérito propio el salto desde el papel de periódico al tablado del escenario. El autor confesó que había visto, con gran satisfacción, como muchos de ellos eran adaptados por compañías de vodevil, para ser representados como cuadros independientes en espectáculos que ahora consideraríamos de variedades. Antes de que el Chéjov de madurez llegara con “La gaviota” al Teatro del Arte de Moscú, el Chejonte de juventud se había despachado a gusto en teatros provincianos, casinos y cantinas. Y es que hay mucho de Chéjov, y de Chejonte, que liga muy bien con esa forma de teatro tan de siempre, tan itinerante, tan sufrido, tan humilde, tan directo, tan lejos de la solemnidad, en resumidas cuentas" (Carles Alfaro, director y adaptador)
http://www.culturamas.es/blog/2015/06/16/atchuusss-chejov-rie-de-buena-gana-entre-magnificos-comediantes/
http://elteatrero.com/tag/atchuusss/
http://www.elpulso.es/escena-atchuusss/
http://www.diariocritico.com/noticia/482599/teatro/atchuusss-un-montaje-estupendo-y-divertidisimo-de-carles-alfaro-en-la-latina-sobre-textos-del-chejov-mas-joven.html
http://notasdesdelafilasiete.blogspot.com.es/2015/05/atchuusss.html